domingo, noviembre 23, 2008

Autoayúdenme !


¡Autoayúdenme! :

En nuestra actualidad el género literario “Autoayuda” sorprende debido a su ascendente éxito comercial. En todas las bibliotecas y librerías uno puede encontrar un gran espacio dedicado pura y exclusivamente a este género.
Autores como Deepak Chopra, Jorge Buccay, Walter Riso -en sus respectivas áreas- acercan de forma rápida y efectiva soluciones para problemas que son comunes a la mayoría de los hombres y mujeres.

¿A qué se debe este imparable éxito de best-sellers?

Para responder esto vamos a tener que volver hacia atrás en la historia de la humanidad.

¿De qué manera se viajaba hacia el interior del alma y del autoconocimiento en épocas ancestrales? ¿Cuáles eran los métodos utilizados?

Desde épocas milenarias, aproximadamente en el siglo VIII a.C ya circulaban entre los hombres de Medio Oriente el conocimiento de las posiciones de meditación. Sentados en el piso, con la espalda, cuello y cabeza bien rectos, con las manos sobre los muslos o con las palmas juntas, eran algunas de las posturas necesarias para aclarar la mente y así llegar a una buena conexión con los dioses y con uno mismo. A la meditación le antecedía un profundo estado de concentración y finalizaba con la percepción supraconciente de los sentidos dirigidos hacia el propio interior.
Por otro lado la meditación era reforzada con “Mantras” (algunos de los cuales son utilizados hasta nuestros días). Estos consistían en palabras que se repetían en el momento de la meditación y que poseían cierto poder de concentración para entregarse a la observación del interior. El ritmo de las repeticiones debía ser constante y acorde con la respiración.
El hinduista Patañjali (S III a.C) decía: “Todas las experiencias psicológicas se originan en la ignorancia de la verdadera naturaleza humana y sólo cuando se elimina esa ignorancia el hombre descubre su verdadero ser: "el poder de la Conciencia pura reposando en su verdadera naturaleza". Este pasaje nos habla de la importancia que le daban estos hombres a la conexión con uno mismo, a lograr hallar el ser interior.
Otras figuras históricas de viajeros al interior del alma se encuentran en los misioneros que recorrían pueblos lejanos llevando un mensaje. Su particular estilo de vida les obligaba a moverse solo con lo necesario para subsistir. Debían enfrentar situaciones de riesgo y ser perseverantes porque se topaban con gente incrédula.
Por otro lado la imagen del místico tuvo gran peso en la literatura clásica; en el diccionario Grijalbo aparece esta definición: “Se dice de la persona que vive de la mística. Conjunto de doctrinas que sostienen la posibilidad de una experiencia espiritual, inmediata e inexpresable de continuidad o unión con la suprema divinidad."
Hinduistas, budistas, musulmanes, misioneros, místicos, consideraban que el camino hacia la autoconciencia y espiritualidad consistía en una práctica diaria y constante de ejercicios e invocaciones y largos caminos recorridos para lograr equilibrio y bienestar. ¡Nada más alejado que la propuesta de estos famosos libros de autoayuda!

Entonces, ¿Cuál es la clave de su éxito? ¿A qué se debe su imparable protagonismo?

Hay que notar la salvedad que los libros de autoayuda, a diferencia de los escritos de Medio Oriente, abarcan temáticas bien diversas y fraccionadas. En aquellos tiempos se creía que el éxito en cada área de la vida dependía del bienestar espiritual, hoy, esa realidad esta un poco trasgiversada. Los libros de Autoayuda van al grano, no se detienen en ejercicios ni procesos largos. Si uno tiene inquietudes y problemas en el ámbito laboral, tendrá un libro de autoayuda a su disposición, si lo mismo le sucede con su pareja y ésta no se decide a proponerle matrimonio vaya corriendo a su librería más cercana y pida: “Las reglas del juego” de Ellen Fein y Sherrie Schneider.
Este libro ofrece 35 reglas para conquistar al hombre ideal y conseguir que te propongan matrimonio.
Por ejemplo:
Regla 4: No quedes con él a mitad de camino ni pagues tu parte durante una cita.
Regla 5: No lo llames y devuelve sus llamadas muy de tarde en tarde.
Regla 7: No aceptes ninguna cita para el sábado a partir del miércoles.
Regla 12: Deja de salir con él si no te hace un regalo romántico para tu cumpleaños o para el día de los enamorados.
Regla 31: No comentes las reglas con tu terapeuta.
Regla 32: No infrinjas las reglas
Regla 33: Cumple las reglas y vivirás feliz.


¿Dónde quedaron los grupos de meditación y los maestros que debe indicar el sendero de la felicidad? ¿Acaso será Deepak Chopra el nuevo encargado de ofrecernos iluminación y manejo de las emociones?

En su libro “El libro de los secretos, Deepak Chopra da un útil consejo para controlar un sentimiento desagradable que pueda surgir en alguna ocasión…

“Ejercicio:
Otro catalizador para llegar a las energías de la sombra es la escritura automática: toma un ahoja de papel y empieza escribiendo la oración: “Me estoy sintiendo muy _______ ahora”. Llena el espacio en blanco con cualquier sentimiento que surja- de preferencia uno negativo que hayas guardado ese día-, y sigue escribiendo. No te detengas, escribe lo más rápido que puedas y anota cualquier palabra que quiera fluir.
Otras oraciones para iniciar este ejercicio:
“Lo que debí decir fue _______.”
“No puedo esperar decirle a alguien que yo ______.”
“Nadie puede impedirme decir la verdad acerca de _______”.
“Nadie quiere escuchar decir esto, pero ______.”

Mediante estos catalizadores, te estás dando permiso de expresarte, pero lo más importante es tener un sentimiento prohibido. Por eso las palabras no importan. Una vez que accedas al sentimiento podrá empezar el trabajo real de liberación.”


Planteado el paralelismo entre épocas milenarias y la nuestra, concluyo que cada cosa en su lugar, cada cosa a su tiempo… Si antes daban resultados y tenían éxito las prácticas difundidas por los budistas, hinduistas, metodistas, etc., era porque el contexto lo permitía. Hoy los libros de autoayuda son un claro reflejo del vertiginoso ritmo de la cotidianeidad.
Queremos todo ahora, ya, rápido, de la manera más sencilla posible. Estos libros dicen ser la clave del éxito y ¡este nos aguarda al finalizar la última página! No hay tiempo para detenerse en pequeñeces, en largas sesiones de meditación, en largos ayunos, en largas terapias. ¿Para qué esta pérdida de tiempo si podemos ir leyendo a Jorge Bucay en el subte camino al trabajo? Claro, pero observemos el ritmo de vida actual: trabajo, estudio, hijos, familia, amigos, cuentas a pagar, Internet, más trabajo, mejores autos, una casa más grande, vacaciones lujosas… Nada de esto deja tiempo para un buen trabajo introspectivo. Las prioridades son otras.
Andamos a las corridas, la competencia es imparable. Siempre queremos más y mejores cosas, siempre queremos ser los mejores. ¿Los mejores? Si, los mejores, omnipotentes, individualistas. ¡Yo puedo, yo puedo, yo puedo!
El prefijo auto (de auto/ayuda) conquista el deseo del hombre moderno. Reactiva su ego y le dice: vos podes solo, no necesitas de nadie más. Ni grupos de oración, ni Iglesias, ni templos. Vos solo. Vos podes resolver tu matrimonio, vos solo podes aprender de finanzas y ser exitoso, vos solo podes armarte una dieta, vos solo podes lograr tu bienestar.

¿Pero entonces, no sirven los libros de autoayuda?

Depende de que se esté buscando. Claro que hay libros que tienen tips interesantes y hacen llegar cuestiones complejas a toda la gente utilizando un vocabulario simple. Pero de todas formas se incurre en el facilismo, en el consumismo. En la desaparición del individuo y la tendencia a la homogeneidad. Ahora la moda es comprar libros de autoayuda y todo el mundo va y los compra y se convence de que sirven. Buscan afuera y no adentro. Ilusoriamente esperan una receta milagrosa que los haga sentirse mejor y no caen en la cuenta de que la magia esta dentro de cada uno.
Muy interesante la reflexión del psicólogo Juan Carlos Volnovich: “…el éxito de estos libros se debe a la necesidad de comprensión, afecto y espiritualidad en una sociedad acostumbrada al consumo de bienes materiales: "La gente busca ávidamente espiritualidad, algo con lo cual sentirse comprendida. Tiene que ver con la falta de espacios afectivos. Estos libros no aportan nada nuevo, refuerzan estereotipos, convenciones. Y provocan una mezcla de satisfacción y frustración, por eso se consume uno tras otro".
Se consumen uno tras otro… Luego de haber leído uno, uno necesita el tomo siguiente, y el siguiente porque aún no ha saciado su necesidad.
Pero no hay que ilusionarse. En este mundo contemporáneo acelerado ya no hay lugar para el silencio, para la calma y para la “inactividad” (hablando de inactividad a nivel de las actividades cotidianas para poner en marcha la actividad espiritual) o al menos no en las grandes ciudades y menos aún para la gente trabajadora.

¿Qué podemos esperar entonces para un futuro cercano en materia de bienestar espiritual?

Hay que frenar. Frenar y acallar la mente, hacerse tiempo para las cosas. No todo puede ser trabajo y exigencias. En la medida que uno logra ampliar el campo de comprensión, todo resulta más fácil y ameno. El camino se esclarece. Pero esto es imposible con el ritmo al que venimos funcionando.

Como dice Agnes Heller en su libro: “Políticas de la Pos Modernidad”… “La prisión del presente solo permite huidas ilusorias”. Y los libros de autoayuda parece ser una de ellas.











BIBLIOGRAFÍA:

*Fein, Ellen; Schneider, Sherrie “Las reglas del juego”. Grupo Editorial Planeta, Mayo 1997, Buenos Aires
*Chopra, Deepak “El libro de los secretos”. Editorial Alamah, Marzo 2005, Buenos Aires.
*Chopra, Deepak “Sincro Destino. Editorial Alamah, Diciembre 2003, Buenos Aires.
*Riso, Walter “Amar o depender”. Grupo Editorial Norma, Agosto 2004, Buenos Aires.
*Heller, Agnes y Feher, Ferenc “Políticas de la Pos modernidad”. Editorial Península. 1989, Barcelona.
*Cuaderno Viaje y Escritura I, Cátedra Reale. Secretaría de Publicaciones CeCsO de la Universidad de Buenos Aires.
*Sitio Web Wikipedia: http://es.wikipedia.org/wiki/Pata%C3%B1jali
*Sitio Web de meditación: http://www.hostingaloha.com/meditacion/historia_de_la_meditacion.php
*Sitio Web de la Universidad de Maimónides: http://weblog.maimonides.edu/gerontologia2004/archives/000025.html










jueves, septiembre 25, 2008

Ciencias de la Comunicación, Sin comunicación.


Ciencias de la Comunicación, sin comunicación.

‘Aulas calurosas, aulas heladas, escalones sueltos, paredes estropeadas, falta de luz, agua y gas, pésimas instalaciones eléctricas, baños inundados e inmundos, bajos o nulos salarios para profesores y ayudantes. Y lo mas triste… falta de comunicación entre nosotros mismos.’

Son muchos los mitos y leyendas que han surgido en torno a la cuestión edilicia de la Facultad de Sociales de la UBA. En este caso les voy a contar como se vive desde adentro. Sin supuestos, sin entrevistas ni testimonios. Se los voy a relatar yo misma… estudiante de la carrera de Comunicación de la Facultad de Ciencias Sociales, sede Ramos Mejia.

Este edificio se habilitó como sede de la facultad para la descompresión y el ‘deshacinamiento’ de la otra sede por esos años existente, Marcelo T. Ramos se consiguió gracias a la lucha de miles de estudiantes y de profesores que tardaban tiempos increíbles en llegar a sus aulas para las clases de las 19 hs debido al gran flujo de gente que circulaba por allí en esos días.
Claro que no fue la solución ideal -esta seria la creación de un verdadero edificio único para la comunidad de Sociales- pero fue para sacar las papas del fuego.

El problema es que los años pasan, y el Estado nuevamente demostró –y nos sigue demostrando- que la educación no es prioridad en su agenda. Se olvidaron de que como todo edificio que funciona como facultad, necesita la cantidad suficiente de inversiones para ser un lugar habitable; y vean que hablo de HABITABILIDAD y no de LUJO.

Aulas calurosas, aulas heladas, escalones sueltos, paredes estropeadas, falta de luz, agua y gas, malas instalaciones eléctricas, baños inundados e inmundos, bajos o nulos salarios para profesores y ayudantes. Y lo mas triste… falta de comunicación entre nosotros mismos.

En este punto me quiero detener y repito, como estudiante de la Carrera de Comunicación, más allá de la cuestión edilicia y presupuestaria vivencio un problema clave: nos esta fallando la comunicación.

Hace unos días en una de mis clases semanales un profesor de prácticos nos informó que la persona encargada del teórico decidió, a su piaccere, exponer otros temas diferentes de los pactados. Mi profesor estaba indignado no por el cambio de planes, si no porque no le avisaron nada. ¿Consecuencia? Los alumnos tendrán que entender el tema por su propia cuenta, porque no se puede sacar del programa.
Y esto no es algo que pase en esa cátedra, en esa comisión. Es muy común ver esto, muchas cátedras con corto circuito en la planificación de las actividades y los alumnos pagando los platos rotos. Ojo, hay muchas salvedades, no quiero decir que siempre pase. Pero si es muy habitual.

Otra cuestión con respecto a esto… Cada vez que hay paros justamente por estas peticiones de un lugar y presupuesto digno para estudiar, nosotros, los alumnos, nos abombamos a e-mails y mensajes de texto para suponer si nuestros profesores adherirán o no al paro. Yo les agradezco profundamente a aquellos profesores que brindan su e-mail y mantienen vivos los canales de comunicación para informar sus decisiones. Pero lamentablemente estos casos son las excepciones.

Y voy a concluir con este tema de la comunicación, con la humilde esperanza de generar una reflexión: ¿Cómo es posible que con estos difíciles momentos que estamos viviendo de la continua toma del edificio como signo de lucha no podamos ponernos de acuerdo entre nosotros mismos, los profesores y las autoridades acerca de la manera mas sana de llevarlo a cabo? Están los militantes, los anti militantes, los que se angustian, los que se ponen felices con la toma porque se quedan en la casa, los profesores que adhieren a clases públicas, los que ni locos lo hacen, los que en medio de las Asambleas se ponen a hablar de cuestiones que nada tiene que ver con el tema que nos compete, etc., etc., etc. Tenemos que respetar los tiempos y las formas en las cuales las decisiones se van a tomar, no es posible en una Asamblea por el edificio único ponerse a discutir acerca de las diferentes agrupaciones políticas de la facultad, y mucho menos de temas de interés a nivel país o a nivel internacional. Seamos prácticos, vayamos por partes. Si no siempre ocurrirá lo mismo, nuestra actual preocupación edilicia y presupuestaria se seguirá diluyendo.

¿Es esta la manera de ejercer el rol de comunicólogos? ¿No deberíamos de una vez por todas unirnos en la lucha por esta causa común dejando los matices de lado? Si nosotros no peleamos por lo nuestro, evidentemente, nadie más lo hará.

Comuniquémonos con éxito. Glorifiquemos nuestra vocación.

lunes, septiembre 01, 2008

-Estación Central de Brasil-



En esta controvertida historia se entremezclan diferentes personajes que comparten las mismas cuestiones a las cuales la mayoría no le somos ajenos: problemas personales y sociales, pobreza, frialdad de sentimientos, sufrimiento, etc. Podríamos decir: la cara más cruda de nuestra cotidianeidad.
Dora es una mujer que un principio aparenta carencia de amor y de afectos, siendo su trabajo el de escribir cartas a gente analfabeta en la estación central de Brasil. Esas cartas difícilmente encuentran su destino, ya que el disfrute de esta mujer es el de romperlas – o en su mejor caso archivarlas – en el regreso a su hogar.
Pero su vida va a dar un vuelco de 180° cuando Josué aparezca en su vida. Este niño que pierde a su mamá frente a Dora en un accidente en la calle, es de un carácter fuerte y decidido, muy similar al de esta mujer.
Entre idas y vueltas la protagonista toma una decisión apresurada e interesada con el niño. Lo vende a unos farsantes hasta que su conciencia la perturba tanto que lo rescata para llevarlo al encuentro con su padre el cual el niño nunca había conocido.
Juntos emprenden el viaje en busca de este hombre y en el trayecto aprender a respetarse y a valorarse ya que compartían la misma característica: no tenían a nadie más que ellos mismos.
Fuerte y conmovedora, Estación Central nos recuerda que la gente muchas veces forma su carácter por los golpes que ha ido recibiendo a lo largo de su vida, pero también nos deja la reseña de que con voluntad y fortaleza se puede seguir adelante aprendiendo a convivir con la realidad que a cada uno le tocó.
El desenlace es esperanzador. Josué no logra encontrar a su padre pero sí a sus dos hermanos mayores con los cuales se queda a vivir, y Dora con su espíritu fortalecido y renovado por esta experiencia comprende, -ya a una avanzada edad- que puede dejar atrás su desafortunado pasado para iniciar una nueva vida. Más cálida, feliz y desinteresada.

sábado, agosto 30, 2008

-Versión final de la entrevista- La ciudad de la Furia...

Les dejo la versión final de mi relato...





La Ciudad de la Furia.

Esa mañana me levanté, y era un día de invierno como cualquier otro. Me asomé por la ventana y hasta el canto de los pájaros estaba sedado por el frío. Entré a la cocina para tomar mi café ritual de las mañanas y me senté… Sola. Y desayuné; sola. El sentimiento de soledad lo sentía punzante por las mañanas. Extrañaba aquellas mañanas compartidas con él. Pero ojo, solo las mañanas. En el resto de las cosas estaba mejor así…
Tomé mi agenda para recordar que tenía que hacer ese día y allí estaban:
8.30 hs: Oficina
14 hs: dentista
18 hs: Lucila.
¿Lucila? Uy, prácticamente lo había olvidado. Quede en encontrarme con ella en el café de la esquina de su casa porque me dijo que tenía novedades de Gaby, mi entrañable amiga Gaby. Ella se había mudado a Misiones en busca de tranquilidad y “paz interior”. Y yo desde hacía tres años que trataba de continuar con nuestro vínculo a pesar de la distancia. Guardo los mejores recuerdos de ella. Fue la que supo estar en los momentos más difíciles de mi vida, y la única que siguió al lado mío a pesar de mis angustias. El resto de mi grupo de amigas cuando más las necesité desaparecieron ocultándose en sus quehaceres del hogar. Pero Gaby no, siempre estuvo ahí.

La tarde pasó como todas las otras, el tráfico insoportable, la gente dando codazos para subir y sentarse más rápido en los colectivos, nada que no ocurriese a menudo. Llegaron las seis de la tarde y yo me senté puntual en la mesa más cercana a la puerta para verla entrar. Y la vi. Siempre con su fuerza inquebrantable, característico de los genes de la madre. Siempre coqueta, arreglada y sagaz… Me aproximé a la puerta y la saludé agarrándola de la mano para que no vaya a tropezar con nada. En ese preciso momento nos sentamos y la miré tratando de encontrarme con su mirada, lo cual desde hacía ya dos años que no podía hacer. Esa maldita enfermedad –por cierto sin diagnóstico aparente- le nublaba la vista, al punto de hacerla percibir tan solo algunas formas o colores bien de cerca. Dos meses atrás de la noche a la mañana despertó sin poder ver prácticamente nada. Este mismo episodio lo había vivido un año antes justo en la misma época. ¿Curioso, no?
En fin. En esa internación estuve junto a ella porque su abuela ya era muy anciana y no toleraba sobresaltos, y además lo hice como mi amiga lo hubiera hecho por mí. Testaruda e hiperactiva como la mamá, Lucila se rehusaba a quedar internada, a hacer reposo y a escuchar por horas la televisión. Pero era necesario ya que los médicos necesitaban examinarla con la más exacta minuciosidad para lograr dar con el diagnóstico y así aplicar la medicina adecuada. Pero nada de esto ocurrió. Veinte días más tarde la llevé a su casa y la dejé con la misma energía de siempre pero con el sentido de la vista prácticamente destruido. Al verla se me fruncía el corazón… Pero no por lástima hacia ella, si no por la vergüenza que sentí de mi misma. Yo con 30 años más estaba muy lejos de esa fortaleza de espíritu.

-: ¿Cómo va eso Lu?
-: ¡Bien, muy bien por suerte! Tengo noticias para vos, hablé anoche con mamá y quiere volver…
-: ¿En serio? ¡Qué felicidad! ¿Cómo se lo tomó tu abuela?
-: Mmm, no le conté, esperaba que se lo cuentes vos…
-: ¿Vos sos loca? ¿¡Yo!? … No, de ninguna forma. Tu mamá es grande, si no quiso avisar por algo será…
-; Si ya se, pero mi abuela no para de decir que mas le vale que nunca vuelva, por traicionera, por habernos abandonado.

Una semana más tarde Gaby me llamo para darme la noticia ella misma. Lo extraño fue haberla escuchado tan triste y apagada. Creí que si había tomado la decisión de regresar era porque lo deseaba… pero su voz me decía lo contrario.
Me pidió que estuviera ahí cuando ella llegara, para alivianarle un poco el regreso, y para que el clima se distienda…

Días después me encontré parada en su casa, siempre con ese olor tan distintivo que me traía imágenes del pasado. Era la misma casa que yo frecuentaba desde pequeña, la cual había dejado de visitar hacía bastante tiempo, más exactamente desde que Gaby tomó la decisión de irse a Misiones… Su madre siempre creyó que su partida había sido culpa de mi influencia; nada más alejado de la realidad.
La esperaba ansiosa tomando mates con su hija y con su madre para ponerme un poco al tanto de las noticias.
Durante la espera, en mi mente se apretaban las mil y una preguntas posibles para hacerle a mi amiga, quería saberlo todo. Pero si hay algo que en estos años aprendí fue a intentar vencer mi ansiedad, porque así la gente se te aleja.
De todas formas me preocupaba como me fuera a encontrar Gaby. Después de tantos años…
¿Me verá rejuvenecida o más avejentada? ¿Tendremos tema de conversación? ¿Estará muy distinta? ¿Sería posible que después de tantos años nuestra amistad siga funcionando?
A la vista esta que de nada sirvieron tantos años de terapia para la lucha contra la ansiedad…

Para mi este encuentro era importante. Tenía la esperanza de que este reencuentro me devuelva una compañía, alguien con quien compartir mis cosas.

A la media hora llegó. Cansada, hastiada de tanto viaje. Por la cara de sorpresa comprendí que había olvidado su pedido hacia mí; de todas formas rápidamente se puso a acomodar todo y colocó la pava en el fuego, como en los viejos tiempos.
La miró a su madre, quien no podía disimular su cara de resentimiento, y Gaby se acerco a abrazarla. La anciana solo amagó un recibimiento del mismo.

Luego nos sentamos, ella frente a mi, nos miramos, nos examinamos. Nuestros ojos se posaban en la otra tratando de redescubrirse, notando los cambios y reconociendo esas cositas que ni el tiempo te mata… Fueron cinco segundos, o tal vez muchos menos, pero pareció toda una eternidad. Nuestros rostros fueron viviendo diferentes transformaciones. Primero de sorpresa e inquietud, después de ternura y fue terminando en risas y llantos de emoción. Había tanta historia en esas miradas… Tantos puntos de conexión entre las emociones vividas en tan disímiles circunstancias. Y claro, nos paramos y nos abrazamos, fue instantáneo.

El agua para el mate estaba lista. Su mamá se fue, no estaba dispuesta a hablar con su hija, y menos adelante mío. Pero Lucila se quedó… Mientras los mates iban y venían me contó toda clase de aventuras, clima y selvas, tucanes y serpientes, plátanos y guaraní.

Gaby:- Allá el clima, la flora y la fauna es de selva amazónica y bosque subtropical. Antes de irme me moría de miedo de los bichos que pudiese encontrar, pero cuando llegué enseguida se me fueron. El pueblito llamado Puerto Piray era mi nuevo hogar. Llegué hasta ahí por un contacto del jardín de infantes, en el que trabajé toda mi vida acá en Buenos Aires. En este pueblo hay casas destinadas para gente como yo que busca paz, armonía y contacto con la naturaleza. Todos en la misma situación… laburantes, gente de Buenos Aires, Rosario, Córdoba, etc. Si ves ese paisaje te morís, no sabes lo que es. Las casitas están distribuidas en la base y la cima de un cerro.
Por primera vez en mi vida descubrí la naturaleza, si, a mis 40 y largos. Nunca te aburrís, siempre había algún arroyito, algún nido de tucanes, limoneros, mangos. De todo.

(A todo esto, Lucila se veía un poco incómoda con el relato de su mamá, tenía una mirada de recelo.)

Nuestra conversación continuó… Mates van, mates vienen. La tele prendida, el horno encendido, la radio sonando de fondo.

Yo:- ¿Y te hiciste amigos allá? ¿Te hicieron sentir cómoda?

Gaby: - Si, totalmente. Muy diferente la gente de allá de la de acá. Acá estamos en quinta todo el día. Allá arrancan a la mañana en tercera y después del mediodía bajan a segunda o primera. Es otro ritmo. Y mis relaciones con la gente fueron de todo tipo y en todo ámbito. En Misiones logré retomar mi trabajo como maestra y conocí mucha gente. Mucha. De todos lados, ya sea gente nativa de la zona, gente en la misma situación que yo. Y bueno la mezcolanza es importante. Hay mezcla de cultura aborigen con cultura polaca y alemana. En el pueblo la gente es pobre, pero no indigente, no se mueren de hambre porque son ricos.

Yo: No te entiendo.

Ella:- Claro, tienen la tierra y el conocimiento. Esa es su riqueza. Vos cualquier cosa que tiras al piso crece. Todo crece. Y se curan, se curan sin médicos ni cosas sofisticadas. Se curan con sus plantas medicinales. Y de los alemanes y polacos tienen la herencia de las chacras propias. Todos tienen su espacio para sembrar y cosechar lo que se les de la gana. ¡En ninguna casa falta la mandioca!
Lo que si se perdió fue la pesca. Con toda esta cuestión de las papeleras arruinaron el Paraná. Es muy común ver a los chicos con sarpullidos y cosas raras en la piel. A mi misma me paso con mis alumnos. Un desastre. Pero esa no es la gente viste… ¡Son ellos!

Yo:- ¿Ellos quienes?

Ella:- Los políticos, los empresarios… Hacen plata a costa de la salud de la gente. Horrible. Pero viste… Todo en algún momento vuelve.

Miraba a mi amiga, y notaba cambios, todo lo que me contaba me extrañaba… Porque siempre ha sido una luchadora pero se ve que esta experiencia la acercó a otras realidades que hicieron más profundo su instinto de lucha.
Y después de tantas idas y vueltas en el relato y tantos recuerdos a flor de piel se fue quebrando…

Gaby:- Yo vivía tranquila viste... Sin ruidos. Me asomaba por la ventana y veía el cerro, los arroyos, el río. Nada de escuchar el 21 ni el 60. Allá los chicos se manejan solos... Me olvidé de los relojes. Completamente. El día lo marcaba el sol y el calor. A la tarde si o sí parabas, el calor te exigía parar.
Pero bueno, viste como están las cosas acá… Después de casi 6 años viviendo allá y charlando por la computadora con Lu – porque mi mamá es reacia a la tecnología y conmigo misma desde que tomé la decisión de alejarme- no lo aguanté más. Ya la situación de los médicos de Lu no la podía vivir más de lejos, ella me necesita… y vos lo sabes mejor que nadie.
¿No es así Lu? ¿No te hacía falta mamá?

Lucila con lágrimas en sus ojos y una furia incontenible tan solo la miró e hizo un gesto con la cabeza, como asintiendo, o algo así. Pero Gaby no le prestó atención… Siguió charlando.

Gaby:- Y bueno, entonces tuve que poner las cosas en la balanza. Yo estaba muy cómoda allá. Encontré esa paz que toda mi vida había estado buscando. Me arrepentí de no haberlo buscado antes, si así hubiese sido me hubiera ido con Lu cuando era chiquita. Ella se habría acostumbrado a estar allá. Cuando le conté mi decisión y le propuse que me acompañe, me contestó que ni loca dejaba su gente, sus estudios y su ciudad.

Lucila:- ¡¿Y más bien, que iba a hacer internada en la selva con vos sola?! Además… la abuela no se puede quedar sola, ¡no se como nunca pensaste en eso!

Nuevamente Gabriela no prestó atención… y continuó diciendo:

Gaby:- En fin, al atardecer de Piray recordaba a SODA, esa banda que siempre me volvió loca… Recordaba su frase “La ciudad de la furia”. Para mi Buenos Aires representaba eso, La ciudad de la Furia. Cero compañerismo, cero valores. La gente piensa en si misma… En Misiones se vive en comunidad. Todos somos iguales allá. Indígenas, polacos, alemanes, cordobeses, misioneros, porteños… Somos todos uno junto con la madre tierra.
Pero bueno, lamentablemente pasó esto con Lu, Dios sabrá porque le hace sufrir esta enfermedad y me tuve que volver –acá Gaby inició su llanto- yo no quiero estar acá, me hace mal. Pero debo cumplir mi rol de madre, Lu me necesita.

En ese preciso momento, una oleada de furia subió por el cuerpo de la adolescente. Y para nuestra sorpresa derramó con enojo la tasa de té que estaba bebiendo. Comenzaron a discutir en un tono que oscilaba la furia y el dolor. Lágrimas corrían por las mejillas de su hija, reprochando el abandono que sintió todos estos últimos años y la imposibilidad de independencia que le hizo sufrir su propio cuerpo. Imagínense las sensaciones de esta pequeña mujer. Sola en Buenos Aires, tratando de crecer y aprender a manejarse por la vida como adulta, a cargo de su abuela que no goza de buena salud y lejos de su madre, la cual encima ahora le reprocha su regreso.

A todo esto la abuela había estado escuchando detrás de la puerta y angustiada entró a la cocina para sumarse a los reproches y reclamos hacia su hija. Hablaba por encima de sus voces de este tema y de miles de conflictos familiares más. Y yo en el medio, me sentía culpable. Culpable por haber causado esta situación indirectamente, sin quererlo. Habría sido mejor visitarla mas adelante a Gaby, una vez que ella se haya reintegrado a su hogar.

Los utensilios seguían volando por la cocina y los reproches se acrecentaban, el clima era tenso. Y Lucila dijo las palabras finales que le dieron cierre a mi visita.

Lu:- Y mas bien ¡! ¿Como no te ibas a volver? ¡Tenía que ir a mil médicos por día, tomar cientos de remedios y hacerme un montón de análisis! ¿Qué pretendías que los haga sola? Encima la abuela no se puede ni mover… ¿Claro, es fácil darse media vuelta e irse no? ¿Eso es lo que me querías enseñar? Estoy muy en desacuerdo.

Gaby:- No seas así. A mi también me hizo muy mal estar lejos tuyo, pero no podía volver, ¡Buenos Aires no es mi lugar!

Lu:- Por favor, no seas hipócrita.
Y además… ¡Siempre hablando de “acá” y de “allá” como una estúpida como si el haberte ido a otro lugar te hubiera modificado la vida! ¡El cambio se genera dentro y no fuera. Date cuenta, no seas chiquilina. Ni yo te creo que allá estabas bien. Son dichos tuyos, estas todo el tiempo encubriéndote con tus malestares en vez de hacer algo al respecto ¡Me canse, no te soporto más!

Portazo…
Nos quedamos heladas... Mi amiga y yo… La abuela seguía quejándose de otras cuestiones y mi amiga me dijo con lágrimas en los ojos y temblores en el cuerpo luego de la acalorada discusión:

Ella:- ¿Viste? ¿Que te dije? ¿Ahora lo ves claro? ¡Esta chica esta mal, la tengo que sacar de acá! Es por esto mismo es por… ¡La ciudad de la Furia!







viernes, julio 11, 2008

-Planificación del trabajo final-

Planificación del relato final:

Mi relato final lo voy a desarrollar a partir del trabajo de la entrevista. Elijo este porque creo que es el que me brinda más posibilidades de desarrollo en cuanto a contexto histórico, reconstrucción de personajes, estilo, etc.

La primera versión de ese trabajo lo presenté en clase y recibí muy buenas devoluciones. Esas me han orientado en la planificación de la versión final, la cual va a ser preparada para el retorno a clases.

El testimonio lo tomé como inspiración para un relato ficcional. Este consta de un viaje de una mujer adulta a Misiones. Esta persona (Gabriela) se va a vivir con dos de sus cuatro hijos y con su marido a Puerto Piraí por una propuesta de trabajo hecha a su esposo.
Gabriela en la entrevista relata el encantamiento progresivo que fue teniendo con ese lugar, la nueva forma de vida que encontró y la posterior decepción con la que se encontró una vez que tuvo que regresar a Buenos Aires, su ciudad natal, por motivos mayores.

Las sugerencias hechas en clase fueron básicamente acerca de la reconstrucción del personaje/narrador que viene a reemplazar al de la entrevistadora original (yo) para transportarse al papel de la mejor amiga de Gabriela en el relato.

Principalmente voy a trabajar con este personaje de la amiga, logrando reconstruirlo, metiéndome en él, para lograr una mejor impresión y credibilidad del lector en mi relato.

Por otro lado voy a ver una película china sugerida por la profesora, “El club de la buena estrella” para enriquecer el conflicto de estas mujeres, sugiriendo una “historia 2” en cuanto al desafío del viaje de esta mujer y su situación interior.

Y como último ítem desarrollaré de forma más amplia el contexto en el cuál el recuerdo de Gabriela se desarrolla, que es justamente el del territorio de Misiones, ampliando las descripciones con información previamente analizada.

miércoles, junio 11, 2008

-Prefacio de Truman Capote-

"Cuando Dios le entrega a uno un don, también le da un látigo... "

Truman Capote.

Me pareció muy buena esta ilustración de Capote en cuanto a su don de la escritura. Creo que es algo que nos sucede a todos, claro que a cada uno en un determinado ámbito.

Tener un don es sinónimo de tener un poder, y reconocerlo y entrenarlo es lo que uno debe hacer para sacarle todo el jugo posible. La cuestión es que lo podamos manejar y no que el don nos maneje a nosotros; es acá donde radica el doble filo del mismo planteado en esta frase. Capote logró este manejo, logro "dominar" su don para que le de satisfacción. O al menos es conciente de que debe hacerlo y pone sus energías en esto.

Fue aprendiendo con el tiempo, con los elogios y con las duras críticas de los demás. Se dio cuenta que de nada servía ser bueno en diferentes estilos literarios, si no que lo importante era poder armar un estilo propio aplicando todos sus conocimientos de cada uno en un nuevo escrito, y así sucesivamente.

martes, junio 10, 2008

-Relato a partir de un testimonio- La ciudad de la furia (versión I)

La Ciudad de la Furia.

Hacía unos días había llamado a mi vieja amiga de la infancia, a la cual no veía desde hace muchos años. Me enteré por casualidad que se había ido a vivir a Misiones porque su marido (ingeniero) tenía una buena propuesta de trabajo en ese lugar. Me afligió no haberla podido despedir. Pero nuevamente, gracias al “chusmerio” me avisaron que estaba de regreso en Buenos Aires.

Le pregunté si no quería que nos juntemos para contarme la experiencia de su viaje.
Estaba segura que iba a disfrutar compartir su relato conmigo, siempre fue muy charlatana. Mi idea era ir a algún barcito tranquilo para tomar el té. Pero me dijo que estaba llena de cosas para hacer, y que si me podía acercar a su casa.
Accedí. El compromiso era el martes por la tarde.

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Entre al particular hogar, siempre con su olor tan distintivo, que traía tantas imágenes del pasado a mi cabeza. Era la misma casa que yo frecuentaba desde pequeña. Había unos cuantos perros dando vueltas, la abuela cocinando como siempre y aunque parezca increíble, silencio… Creo que llegué en buen momento.
Esperándola ansiosa aproveche a tomar unos mates con su hija y con su madre (abuela y anfitriona del hogar) para ponerme un poco al tanto de las noticias. Ellas estuvieron presentes a lo largo de toda nuestra conversación.
Durante la espera, en mi mente se apretaban las 1.000 y una preguntas posibles para hacerle a mi amiga. Pero me dije… tranquila no pienses tanto, si viniste acá a escuchar.
Estos encuentros generan un poco de ansiedad. Después de tanto tiempo uno se preocupa acerca de lo que el otro pensará de uno mismo, ¿me verá rejuvenecida o más demacrada? ¿Tendremos tema de conversación? ¿Estará muy distinta?
Sencillamente: me asechó el sentimiento de la incertidumbre. ¿Sería posible que después de tantos años nuestra amistad siga funcionando? Para mi este encuentro era importante, estaba pasando por un mal momento personal y me sentía mas sola que nunca. Tenía la esperanza de que este reencuentro me facilite una compañía, alguien con quien compartir mis tristezas.
A la media hora llegó. Cansada, hastiada de tanto trabajo y responsabilidades, discutiendo con la nena mas chica. Por la cara de sorpresa comprendí que había olvidado nuestro encuentro; de todas formas rápidamente se puso a acomodar todo y colocó la pava en el fuego, como en los viejos tiempos.
Nos sentamos, una enfrente de la otra, nos miramos, nos examinamos, nos reconocimos, notamos nuestros cambios y similitudes. Fueron cinco segundos, o tal vez muchos menos, pero pareció toda una eternidad. Nos paramos y abrazamos, fue instantáneo.
El agua para el mate estaba lista. Y para no perder el tiempo e irnos por las ramas la apuntalé directo a la pregunta que me había servido de excusa para estar allí. Le pregunté acerca de su viaje. A lo largo de su relato se generó en mí una situación muy particular, su pasión al relatar la experiencia vivida me hizo sentirlo, casi como si estuviera allí.

Ella:- ¿El viaje? Bien, excelente. Inolvidable. Guardo los mejores recuerdos.

Yo:- ¿Y porque esa decisión tan apresurada de dejarlo todo para ir a un lugar completamente diferente como supongo que es Misiones?...

Ella:- Mira, no se, estaban muy mal las cosas acá, vos sabes que siempre le tuve miedo al desarraigo, a alejarme de mi familia, pero creo que fue la oportunidad para irme lejos, y tratar de alejarme un poco de los problemas de “acá”. Me animé, fue eso… Me animé

Yo:- ¿Y con los chicos como hiciste? ¿Dejaron todas sus cosas acá y se fueron?

Ella:- No, me llevé a los dos más chicos. Los dos más grandes se quedaron acá con mamá. No estaban dispuestos a dejar sus estudios ni su gente. Fue difícil, que se yo.
Encima jamás me imagine ir justo a esa provincia. Antes de irme pensaba en los bichos, las serpientes, el calor y no quería saber nada. Pensá que “allá” el clima, la flora y la fauna es de selva amazónica y bosque subtropical. Pero cuando llegué enseguida todos esos miedos se me fueron. El pueblito llamado Puerto Piray era nuestro nuevo hogar. Ahí estaban las casas destinadas a los trabajadores de la empresa Alto Paraná S.A. donde fue a trabajar mi marido y éstas quedaban distribuidas en la base y cima de un cerro. Impresionante.
Por primera vez en mi vida descubrí la naturaleza, si, a mis 40 y largos. Nunca te aburrías, siempre había algún arrollito, algún nido de tucanes, limoneros, mangos. De todo.

(A todo esto ya se percibía un clima pesado. Las miradas de su hija eran fulminantes desde que había empezado el relato. Lo noté enseguida, pero no entendí porqué.)

Yo:- ¿Y la gente? ¿Que tal la gente del lugar?

Ella:- Muy diferente la gente de “allá” de la de “acá”. “Acá” estamos en quinta todo el día. “Allá” arrancan a la mañana en tercera y después del mediodía bajan a segunda o primera. Es otro ritmo. Y mis relaciones con la gente fueron de todo tipo y en todo ámbito. En Misiones retomé mi trabajo como maestra y conocí mucha gente. Mucha. De todos lados, ya sea gente nativa de la zona, gente en la misma situación que nosotros, es decir... radicados allá por laburo. Y bueno la mezcolanza es importante. Hay mezcla de cultura aborigen con cultura polaca y alemana. En el pueblo la gente es pobre, pero no indigente, no se mueren de hambre porque son ricos.

Yo: No te entiendo.

Ella:- Claro, tienen la tierra y el conocimiento. Esa es su riqueza. Vos cualquier cosa que tiras al piso crece. Todo crece. Y se curan, se curan sin médicos ni cosas sofisticadas. Se curan con sus plantas medicinales. Y de los alemanes y polacos tienen la herencia de las chacras propias. Todos tienen su espacio para sembrar y cosechar lo que se les de la gana. ¡En ninguna casa falta la mandioca!
Lo que si se perdió fue la pesca. Con toda esta cuestión de las papeleras arruinaron el Paraná. Es muy común ver a los chicos con sarpullidos y cosas raras en la piel. A mi misma me paso con el nene. Que desastre. Pero esa no es la gente viste… ¡Son ellos!

Yo:- ¿Ellos quienes?

Ella:- Los políticos, los empresarios… Hacen plata a costa de la salud de la gente. Horrible. Pero viste… Todo vuelve.

Yo:- ¿Y que pasó? ¿Por qué volviste?

Ella:- Mira… La que más se había adaptado fui yo. Para mi eso era el paraíso. Nunca pensé que el contacto con la naturaleza podía ser tan placentero y hermoso. Fue una experiencia inolvidable, recién ahí me di cuenta de que en Buenos Aires estamos muy lejos de poder vivir esas cosas. Además, vivía tranquila. Sin ruidos. Me asomaba por la ventana y veía el cerro, los arroyos, el río. Nada de escuchar el 21 ni el 60. Los chicos se manejaban solos, era todo tan seguro que no hacía falta levantarme para ir a buscarlos. Me olvidé de los relojes. Completamente. El día lo marcaba el sol y el calor. A la tarde si o sí parabas, el calor te exigía parar.
Pero mi marido y los chicos no se adaptaron muy bien. Mi marido extrañaba la ciudad, ir al cine y los chicos extrañaban a sus hermanos y al resto de la familia.
Yo me fui muy desencantada, muy decepcionada de la gente de “acá”. Siempre tengo en la cabeza la imagen de Buenos Aires como dicen los de Soda, La ciudad de la Furia. Para mi Buenos Aires se había convertido en eso. En la ciudad de la furia.
A pesar de todo esto, en Misiones, las cosas funcionaban bien, hasta que mi hija más grande se enfermó.

(La hija pone una postura erguida y escucha atentamente, aumentando su tensión.)

Ella:- Se enfermó muy grave de la vista, ahora ve muy poquito y mi mamá sola no podía con la situación. Ella ya esta muy grande para estos sobresaltos… Así que me tuve que volver. Si no hubiera pasado lo de mi hija me quedaba. Pero las cosas salieron así. Yo me tendría que haber dado cuenta antes, me tendría que haber ido cuando mis hijos eran chicos todavía.

En ese preciso momento, una oleada de furia subió por el cuerpo de la adolescente. Y para nuestra sorpresa derramó con enojo la tasa de té que estaba bebiendo. Comenzaron a discutir en un tono entre furioso y angustiado. Lágrimas corrían por las mejillas de su hija, reprochando el abandono que sintió en ese momento y la imposibilidad de independencia que le hizo sufrir su propio cuerpo.
A todo esto la abuela angustiada hablaba por encima de sus voces de este tema y de miles de conflictos familiares más. Y yo en el medio, me sentía culpable. Culpable por haber causado esta situación indirectamente, inconscientemente.
Los utensilios seguían volando por la cocina y los reproches afloraban.

Hija:- Y mas bien ¡! ¿Como no te ibas a volver? ¡Tenía que ir a mil médicos por día, tomar cientos de remedios y hacerme un montón de análisis! ¿Qué pretendías que los haga sola?
Y además… ¡Siempre hablando de “acá” y de “allá” como una estúpida como si el haberte ido a otro lugar te hubiera modificado la vida! ¡El cambio es interior, no exterior! Date cuenta, no seas chiquilina. Ni yo te creo que allá estabas bien. Son dichos tuyos, estas todo el tiempo encubriéndote con tus malestares en vez de hacer algo al respecto ¡Me canse, no te soporto más!

Portazo…
Nos quedamos heladas... Mi amiga y yo… La abuela seguía quejándose de otras cuestiones y mi amiga me dijo con lágrimas en los ojos y temblores en el cuerpo luego de la acalorada discusión:

Ella:- ¿Viste? ¿Que te dije? ¿Ahora lo ves claro? ¡Esta chica esta mal! Es por esto mismo es por… ¡La ciudad de la Furia!

lunes, junio 09, 2008

-Respuestas de "Río arriba"-

Guía de trabajo y consignas de escritura: “Río arriba”

1. ¿Qué motivos característicos del relato de viaje están presentes en Río Arriba?

2. ¿Qué características tiene el narrador de este relato? ¿A qué destinatario se dirige?

3. Describir el recorrido del Ulises de Río Arriba en términos de lo que Joseph Campbell define como el itinerario del héroe mítico (Cf. Viaje y narración, páginas 9 y 10). ¿Con qué fuerzas debe enfrentarse? ¿Qué clase de “victoria” alcanza al final de su aventura?

4. ¿De qué materiales se vale el narrador para reconstruir la memoria de Iruya y de los ingenios azucareros?

Respuestas:

1. Monteleone hace referencia al relato de viaje como: “…el relato de viaje es, básicamente una forma narrativa: a menudo se sirve de la crónica para sugerir la inmediatez de la mirada y la sensación, pero también del ensayo para preservar sus rodeos especulativos… “

Esto es justamente lo que vemos en “Río Arriba”, el motivo del relato de viaje de Ulises es el de ir al lugar como un buen cronista en busca de toda la información posible para luego plasmarlo mediante su película con su interpretación de las situaciones.
Él va a los lugares a vivir su crónica y va juntando un montón de vivencias y de situaciones las cuales enriquecen de manera cuasi natural su relato, acercando a los espectadores a la verdadera historia de los ingenios azucareros.

2. La característica principal de este narrador es que es protagonista. El esta ligado a la historia que narra ya que su bisabuelo Don Manuel de la Orden, fue el hombre que llevó adelante el ingenio San Isidro.
En primera instancia Ulises rescata la historia de su bisabuelo en donde nos cuenta las etapas por las que fue pasando para llegar a su última escala. En un primer momento fue peón luego de haber llegado a sus 9 años solo de Europa. Con el tiempo paso a ser dependiente en un almacén de ramos generales, y finalmente con mucho esfuerzo y sudor se convirtió en el propietario del Ingenio San Isidro.
Avanzando en el relato, Ulises, toma distancia de las hazañas de su bisabuelo para mostrar que en verdad detrás de sus triunfos hay una codicia desmedida y un falso progreso a costa de sus pares, los habitantes de Iruya. Es decir, comienza con las reflexiones para acercarnos a la “historia 2”.
Finalizando la proyección, Ulises dice que siente que el paso de su familia por el ingenio lo compromete con la historia de los zafreros de Iruya al punto de conmoverlo cuando tuvo la posibilidad de admirar sus arquitecturas milenarias.
Con respecto al destinatario, el se dirige a todas aquellas personas que estén interesadas en recorrer junto a él la verdadera historia de los ingenios azucareros. En varias oportunidades aclara que, a lo largo de la historia, en las escuelas y en los medios jamás se ha publicado el estilo de vida de los zafreros, de sus paupérrimas condiciones de higiene, salud, explotación, etc.

3. Con respecto al itinerario de viaje del héroe mítico, Campbell lo describe con el esquema de separación-inicio-retorno. El recorrido de Ulises paralelamente se adecua a este esquema cuando intenta separarse de la idealización de su bisabuelo y se adentra en la realidad de la comunidad koya. Para ver la verdadera cara de las cosas debió dejar de lado sus ancestrales sentimientos de afecto con su bisabuelo y, desde una postura muy madura, recorrer los espacios y recuerdos de esta comunidad. Así es como fue iniciando su travesía…
Al momento del cierre, del retorno, Ulises concluye con la reflexión de que si bien fue muy honroso el duro trabajo que había realizado Don Manuel de la Orden, esto lo realizó a costas de la destrucción de las terrazas de cultivo de los koyas –expropiándolos de sus viviendas por no tener el título de propiedad- las cuales le brindaban su subsistencia. Esta última fue la victoria que nuestro narrador logró alcanzar al final de su aventura.

4. La memoria de Iruya es reconstruida por Ulises a partir de varios elementos:
-Mapa: El mapa que muestra al principio del documental.
-Visita a los tíos abuelos: El hombre aporta el dato de que a él lo emplearon en la proveeduría del ingenio San Isidro en el año 1923. Su familia en la cena explica las malas condiciones en las que los koyas eran tratados.
-Cortometrajes y publicidades de la época: Hace una selección de publicidades que se daban en los momentos de auge de los ingenios azucareros, mostrándolos como el orgullo nacional.
-Visita a Pepe: Hombre que fue a trabajar a la zona a sus 18 años. Se encargó de fotografiar el antes y el después de las terrazas de cultivos atacadas por los “Volcanes” (cuando llovía, y por la destrucción de las terrazas, el agua bajaba de las laderas arrastrando con fuerza grandes cantidades de lodo que enterraban los cultivos e incluso algunas viviendas). Pepe mismo dice que en la educación escolar la realidad no se enseñaba.
-Visita al Ingenio San Isidro: Uno de los encargados del ingenio le hace una visita guiada a Ulises explicándole la historia de los inicios del Ingenio, su quiebra del 93’ y la posterior reapertura por el grupo PROSAN en el 2000. Le enseña las maquinarias e instalaciones.
-Visita al ferroviario: Ulises visita a un hombre que en la época del auge del Ingenio era el encargado de manejar el ferrocarril, transporte que hacía posible la comercialización del azúcar. Con tristeza el hombre recuerda aquellas épocas en las que, según él, se vivía mejor.
-Testimonio del Iruyano Bernabé: Este hombre actualmente vive en la ciudad, pero cada vez que puede regresa a su pueblo natal, porque “allá abajo” se vive mal, solo importa el dinero. En cambio la cultura de su pueblo le ha enseñado que lo importante es la solidaridad y la magia de la naturaleza.
-Visita a Guitierrez, productor de ponchos: Dentro de Iruya visita a este hombre, quien antes ha trabajado junto con su esposa como zafrero en San Isidro. Ahora se dedica a la fabricación de ponchos. Este hombre le da a Ulises aún mas detalles en cuanto a la explotación de los zafreros y le reconoce que prefiere el estilo de vida que lleva actualmente.
-Testimonio del tío de Bernabé: Hombre que ha trabajado como zafrero durante más de 30 años. Utiliza una frase que ejemplifica su hastío de la época de la zafra: -“Todo el día meta meta hachazo, meta tragar cenizas”. El hombre decía que no eran esos tiempos como los de ahora, no existía la jubilación, las vacaciones, la obra social, ni nada. Incluso en varias ocasiones la gente trabajadora de la zafra desaparecía, y estas desapariciones eran otorgadas al “familiar”.
-Camino a las terrazas: Finalmente Ulises decide ver las cosas con sus propios ojos y emprende su viaje a las antiguas terrazas de cultivo. En el camino se detiene en una escuela para reponer energía, y allí sigue con sus testimonios que le abren más y más su perspectiva de que fue lo que realmente sucedía en los ingenios.
-Fotos de su abuelo: Tanto al principio como al final de la proyección, Ulises muestra fotos de su bisabuelo, cuando este manejaba el Ingenio.
-Fiesta de la Virgen del Rosario: Acá finaliza el recorrido de Ulises, de esta fiesta rescata la ceremonia de los “cachis” en donde el personaje mítico del negro tiene dos significados – uno para los católicos y otro para los indígenas. En el primer caso representa la maldad, pero en el segundo personifica al resguardo de la cultura, esa cultura milenaria y poderosa que por más que ha querido ser abatida y destruida por los hombres blancos, perdurará en sus raíces por siempre.



miércoles, mayo 21, 2008

-Notas de lector de Misiones- Tierra Roja olvidada...

Rodolfo Walsh: “El violento oficio de escribir”

" La forma en que llegó aquí Shigemori Matonaga resume la for­ma en que llegaron los demás. Campesino en la provincia de Niasaki, era dueño de cuatro hectáreas. Le ofrecieron treinta en la remota Mi­siones. ¿Misiones? Le mostraron películas en colores donde se veían naranjales parejos, suaves colinas cubiertas de pinares, arboledas de tung con sus flores rosadas. Vendió su chacra, pagó la primera cuota de la tierra desconocida que valía dos mil dólares y se vino con su fa­milia de siete personas.

Lo que no le dijeron fue que la mitad de su chacra estaba cubier­ta de monte, que las piedras que afloran en la tierra harían trizas las rejas del arado, que las lluvias arruinarían una y otra vez su cosecha de tabaco."

Kimonos en la Tierra Roja, Rodolfo Walsh.

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*Otra vez gente que viaja desde remotos lugares hacia otros en busca de cumplir sus sueños, de encontrar eso que anhelan, de ser mas felices…

Con esperanzas de vivir mejor, estas familias japonesas llegaron a nuestro precioso país, a la querida Misiones,. En un perverso engaño nuestros compatriotas “olvidaron” advertirles acerca de las condiciones de los terrenos y del clima.

Igual sembraron, ansiaban probar, pero los frutos obtenidos de su aventura les fue desdibujando lentamente del rostro su suave sonrisa oriental.

Ahogan sus penurias y frustaciones con cantos en su lengua, para pasar estos tiempos de soledad y espera. ¿Espera de que? Espera de ayuda, de auxilio, de alguien que los consuele de alguna forma, espera de que finalmente la madre tierra les permita cosechar. Si no, deberan emprender el camino de vuelta. Con las manos mas vacías que antes…


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Martín Caparrós. “El interior”.

A mi personalmente el libro de Caparrós me gustó mucho. En un principio no comprendía su estilo, su forma de estructurar los textos, esos cortes abruptos que va haciendo. Pero al adentrarse en la lectura esa literalidad que utiliza para sus personajes nos permite percibir de manera acertada sus estados de ánimo, su lenguaje, su forma de relacionarse con el otro, etc. Y en el caso de estos territorios, el autor rescata la humildad de la gente, la sencillez.
En la región de Cataratas Caparrós me sumó una reflexión… ¡Que tan alejados estamos de aquellos colonos y descubridores del mundo virgen! Cuántas sensaciones de ansias y temor vienen a mi cabeza cuando imagino a esos hombres en La Garganta del Diablo… ¿Cómo habrán reaccionado? ¿Estamos nosotros hoy en día cerca de vivir algo así? Creo que sí, el tema es que la cultura turística nos envía siempre a los mismos lados, regidos por la moda del momento.
Me vi perfectamente identificada con mi cámara de fotos al cuello y con mis zapatillas nuevas en algún lugar “inhóspito” del mundo. Creo que esta reflexión me servirá para el día de mañana poder elegir otros destinos para mis viajes. Quiero poder aprender de ellos, descubrir gente, culturas y costumbres que mi querida Buenos Aires no me puede mostrar, mas que por algún especial del Nacional Geographic, Quiero descubrir algo mas allá de la hamaca y los cocos del caribe que inundan las postales y los wallpapers de Windows. Quiero ganar experiencias y recuerdos…Espero que el tiempo no me haga cambiar de opinión. Y si veo que esto sucede tomaré rápidamente “El interior” para que impacte nuevamente en Mi INTERIOR.

jueves, mayo 08, 2008

-crónica BAFICI- Sexo, drogas y reggae !*...

Ingresé ansiosa a la sala donde la película que elegí del BAFICI iba a ser expuesta. Como primer experiencia tenía la data suficiente; estaba por presenciar una de las muestras del Festival Internacional de Cine Independiente, vehículo de directores cineastas novedosos e innovadores.
Mi elección en esta oportunidad fue “Prey”, film del director Koji Wakamatsu quien centra su mirada en la juventud y aclara que su fin no es instruirlos, si no contar la verdad. “Si lo que buscas es ganar plata, hay mejores maneras de hacerlo, pero no hagas películas” afirmaba Wakamatsu en una entrevista.
“Prey” fue realizada en Japón en 1979. Cuenta la historia de Yuya Uchida, representante de talentos musicales para una gran discográfica. Yuya llega de Nueva York hacia Tokio para pedirle a su discográfica que represente a una banda de reggae que lo había deslumbrado en la Gran Manzana.
Los productores le dan la espalda porque los tiempos revolucionarios en donde la música expresaba la disconformidad de la juventud frente al sistema, ya caducaron y la industria musical prefiere explotar el pop adolescente, mercado que le deja mayores ganancias.
La heroína y la prostitución se adentran en la escena siendo estos mismos ejecutivos los que monopolizan ambos mercados dentro del ámbito musical.
Yuya pasa de ser amigo a enemigo de su discográfica y decide emprender el camino solo, con su objetivo en mente de llevar al estrellato a la banda de reggae.
Lejos del estilo holliwoodense, Wakamatsu no le da el esperado final feliz a la historia, si no que Yuya termina perdiendo al único amigo que tenía, a quien balean cuando intentaban vencer a los productores y también pierde a su amor, Asami, ex cantante de la discográfica, víctima de las drogas y la prostitución, muerta de abstinencia en sus brazos.
Para nuestro protagonista el final no es muy dispar a los dos anteriores, y valga la redundancia aclarar que su objetivo no fue cumplido, si no que la nueva industria musical comercializadora aplasta sus esperanzas y su vida.
Los malos vencen según la visión del Director. El dinero, la fama y el éxito prevalecen ante las ideologías de los jóvenes de la década pasada, abriéndoles el paso a los consumidores de los productos del pop comercial.
Wakamatsu quiso plasmar su visión del mundo, erizándole la piel a los espectadores.
Y yo afortunadamente volví a casa con una sensación reconfortante, la que me indicaba que no todo esta perdido, si no que sigue habiendo oportunidades para gente que desea expresarse libremente, compartiendo con el mundo su visión de la realidad. Y también feliz porque haya este tipo de eventos como el BAFICI que, repito, le dan la oportunidad a estas personas, y porque no, a todos nosotros de ver cosas diferentes.

miércoles, mayo 07, 2008

-Crónica de los días de humo- S.O.S HUMO...

S.O.S HUMO:

Yo siempre tan despistada… Tan despistada que incluso luego de todo un día infernal de humo recién entre en cuenta de la situación por la noche, en la puerta de la facultad. Hasta ese momento y luego de haber estado todo el día sin mirar TV y estudiando en casa, cuando salí creí que esa humareda era producto del infernal transito de Buenos Aires.
Los rumores corrían y corrían; la gente como siempre habla. Vos le das un espacio y habla (¡ojo que me incluyo!): la noticia estaba muy fresca aún, lo único cierto era que se estaban quemando pastizales en la zona de Baradero. -“¿Cómo?”, ¿“Por qué?”, ¿Quién? - Eran los interrogantes - Pasaron ya unos cuantos días y muchas de estas dudas siguen en el aire como el mismo humo.
Las consecuencias fueron mas de las esperadas: Desde brotes de alergia, irritaciones en la garganta, olor asqueroso en todas partes, gente con barbijo… (Siempre están los chantas que en este caso vendían los barbijos a 5 pesos), hasta graves accidentes automovilísticos. La ciudad de Buenos Aires estaba cubierta de un espeso humo blanco, el que incluso no le permitió al sol que se asome para darnos el “buenos días”.

De más esta que me ponga a explicar lo caótico de estos acontecimientos. Son bien conocidos por todos nosotros. Pero me interesa que frenemos un segundo y reflexionemos… ¿Es normal que estas situaciones tengan este desarrollo? ¿Acaso solamente en este bendito país es que suceden? A mi particularmente me sorprendió. Pero de todas formas, no me puedo quejar tanto… En las zonas aledañas a los pastizales el humo debe haber sido la noticia de sus vidas.

Y yo ahora, voy a dejar de escribir un rato, así me preparo para darle la bienvenida a las cenizas del Chalten.

sábado, mayo 03, 2008

-Hipótesis de historia 1 y 2 en cuentos-

Hipótesis de historia 1 y 2 en cuentos:

a) “En el mar. Cuento de marineros” de Antón Chejov.
En este primer cuento vemos que la histoia relatada (la 1) entra claramente en tensión con la historia 2. Esta historia 2, concluyo, es la de la paga del hombre ingles al novio por pasar una noche con su prometida. Las situaciones narradas desde la visión del marinerio quien ve todo de afuera consisten todo el tiempo en decir sin decir, tan solo insinuar la situación, la cual finalmente no puede ver por la negativa de su padre.

b) “La forma de la espada” de Jorge Luis Borges.
En este caso Borges devela la historia 2 al final del relato, pero esta jugando con ella todo el tiempo. Se entremezclan ambas historias en la anpecdota del supuesto Ingles quien aparece al principio como un hombre justo y moralizador, pero dentro de la historia 2 – con su posterior revelación- podemos notar que las apariencias engañan, y aquí es que la historia 2 nos hace el efecto esperado por el autor.

domingo, abril 20, 2008

-Relato basado en un sueño- Mundo desconocido...


"Finalmente llegamos a nuestras soñadas vacaciones. Habíamos ahorrado todo el año para nuestro merecido descanso, dispuestos a disfrutar y a disfrutarnos.
La primera noche dormimos muy tranquilos en la cabaña, envueltos en un extraño silencio que atravesaba las paredes, tanto que ya me incomodaba; de todas formas la noche fue placentera.
Al día siguiente nos levantamos para ir a la playa. El día era perfecto, el sol transmitía energía y nos empapaba con su fulgor…Nos fuimos acercando al mar para sentir la brisa y acomodar nuestras cosas; y fue en esos instantes que comencé con mi mal presentimiento.
Nos sumergimos al agua fría y (para mi gusto) excesivamente salada, rodeados de unos cuantos niños revoltosos, ancianas parlanchinas y adolescentes descuidados. Disfrutamos hasta el atardecer y cuando el sol comenzó a esconderse detrás de las nubes, la vimos…
…¡Sí la vimos!
Una tormenta feroz se aproximaba justo hacia nosotros formando en el mar una pared de agua negra abrumadora, que nos robaba el aliento.
El escenario era de película, toda la gente alrededor era consumida sin piedad por el remolino de la tormenta hasta hacerle crujir los huesos. Nunca voy a olvidar ese sonido.
Y fue justo cuando en medio de toda esa locura lo sentí… algo, no se que exactamente, una voz divina, mi conciencia, mi fortaleza interior, no lo se, me iluminó el alma deteniendo el tiempo frente a mis ojos y me dijo:- SOBREVIVIREMOS, solo él y vos así, que ten calma.
En ese preciso momento, guiada por un instinto ajeno a mi voluntad, tomé a mi compañero de la mano y lo subí a una tabla que pasó cerca mio por el agua…
Solo hasta ahí recuerdo. Supongo que la travesía fue cruel porque despertamos malheridos. Miramos a nuestro alrededor pensando encontrar gente muerta, destrozos, llantos, etc.; pero nada de eso ocurrió. Estábamos en un espacio claro, sin comienzo ni final, solos, suspendidos en una paz absoluta, sintiendo el mayor éxtasis de nuestras vidas. Y esa voz que me había salvado, salió de adentro mío como un humo blanco enceguecedor y en menos de un pestañeo nos llevó consigo al otro lugar… el suyo.

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Acá concluye mi relato, lo que paso después, y lo que vivo ahora no se los puedo dar a conocer, solo se los podré contar el día que estén preparados y dispuestos a venir aquí conmigo, para dejar de soñar y empezar a vivir realmente".

martes, abril 15, 2008

-Conexiones entre el etnógrafo y el cronista-

Conexiones entre el periodista y el etnógrafo:

Tanto el cronista como el etnógrafo inician su viaje hacia diferentes paisajes, culturas y lugares. El objetivo de ambos es recoger información para plasmarla en sus respectivos ámbitos.
El etnógrafo tiene su mirada dirigida hacia la comunidad científica, por eso no intenta adentrarse en recursos literarios para que no se pierda el foco de su investigación. El cronista por su parte tiene un desafío doble, por un lado ahondar en una determinada temática para informar a la comunidad y por el otro llegar a ellos, poder capturar su atención. Por esto mismo se vale de sus herramientas literales más sagaces según cual sea su estilo, para movilizarnos y deleitarnos con una buena construcción del lenguaje, y hacernos sentir y recrear sus vivencias.

“Los etnógrafos necesitan convencernos no solo de que verdaderamente han “estado allí” sino de que de haber estado nosotros allí, hubiéramos visto lo que ellos vieron, sentido lo que ellos sintieron, concluido lo que ellos concluyeron…”
Clifford Geertz.

Vivencias… Esto mismo es la conexión de ambos, ellos desean que el mundo sepa que “han estado allí”. Allí viviendo, allí conociendo, allí aprehendiendo. En síntesis… Invitándonos a conocer su visión del mundo desde las dos perspectivas: la científica y la humana.



domingo, abril 13, 2008

-Citas de viaje- Reflexiones..

Conocimiento

“La reflexión es un viaje a través del lenguaje: sumergirse en textos sedimentados en el pozo de la memoria, tender puentes entre discursos incomunicados; el discurso reflexivo es posada o prisión - detención provisional o definitiva - pero sobre todo laberinto”
Jesús Ibáñez, “Más allá de la sociología”

Cuantas veces viajamos sin necesidad de trasladarnos físicamente… Lo maravilloso de este tipo de viajes es que lo podemos compartir y plasmar a través del lenguaje. Hacemos autorreflexiones de nuestras vivencias, de nuestros pasados, con la nostalgia de ya haberlos vividos… de habernos separado de ellos. Recuerdos que muchas veces abruman y que otras nos hacen recordar que hemos recorrido un largo camino y que en este mundo estamos para esto: para caminar, solos o acompañados, pero caminar.
¡Que privilegio aquellos que viven y que lo pueden compartir con sus pares! Esos grandes autores que nos hacen sentir lo que han sentido al adentrarse en los oscuros laberintos – muchas veces sin salida- de sus memorias.


El tiempo en el viaje

“Soportar el tiempo del viaje. Hay un primer momento, gozoso, en que se logra romper del tiempo la continuidad inconmovible: viajando de Hong Kong a Londres, mi diez de noviembre de 1991 tuve treinta y dos horas, y otras veces he tenido días de quince o de veintinueve. El tiempo, entonces, se estira suavemente o se contrae, pierde esa majestad de mármol que es su bien más monstruoso: se hace muy ligeramente falible. Pero, una vez salvado ese tropiezo, el tiempo del viaje se vuelve un modelo a escala y despiadado del tiempo de una vida: hay un límite más o menos cercano, todo debe ser hecho en el apretado espacio de equis días pero, en este caso, el límite es explicito, se lo conoce de antemano. El viajero es siempre un condenado, y el tiempo y su desliz se vuelven aún mas angustiosos y aparece – se me aparece – la obligación de aprovechar a ultranza todos los momentos. Y todos los espacios: en tanto lugares, obscenamente la certeza de que uno nunca volverá a ese lugar. Modelo vergonzoso del aprovechamiento”.
Martín Caparrós, “Larga distancia”

Lo mismo sucede con la vida del ser humano, con su caducidad, Esta cita me llevó a recordar todos esos momentos íntimos, en los que disfruto del silencio exterior y de mi charla interior y me hago preguntas ancestrales como ¿Por qué estoy acá? ¿Para qué? … Y me doy cuenta de que todas esas preguntas me atacan y me angustian por una simple razón: el tiempo. Ese factor condenante de la vida, el más adultero y sagaz. ¡Que diferente serían las cosas si el tiempo no cronometrara nuestras acciones! No temeríamos a la muerte ni al error porque tendríamos infinitas posibilidades de remediar todo, de aprender y de hacer las cosas cada vez mejor.
El tiempo nos lleva a querer aprovechar todas las situaciones. ¿Quien no ha apurado las vivencias - incluso hasta hacerlas sin pensar en sus consecuencias - por el trote infernal del tiempo? El deseo de falso aprovechamiento nos estremece la piel cuando en momentos claves reconocemos el paso del tiempo… ver a una persona que hacía años no veíamos, cumplir años, sentir que los años pasan volando… Y lo mismo sucede con los viajes: como viajeremos estamos en todo momento estamos reparando en sacarle el mayor jugo posible a nuestros destinos.


Sin nombre

“Pero Marlow no era un típico hombre de mar (si se exceptúa su afición a relatar historias), y para él la importancia de un relato no estaba dentro de la nuez si no afuera, envolviendo la anécdota de la misma manera que el resplandor circunda la luz, a semejanza de uno de esos halos neblinosos que a veces se hacen visibles por la iluminación espectral de la claridad de la luna”

Joseph Conrad, “El corazón de las tinieblas”


Por más interesante que pueda ser una experiencia de viaje si ésta no esta adornada de un buen relato, de nada va a servir. El don de la escritura es un arma de doble filo: por un lado te aproxima a vivencias, por otro te lleva a mundos que uno adopta como reales pero en realidad estos solo se circunscriben al mundo de la fantasía del autor. Aunque después de esta oración anterior me detengo y pienso: de cualquiera de las dos formas es provechoso… ¿Por qué? Por que relatos maravillosos nos despegan de la realidad patética y mundana en la que estamos inmiscuidos día a día sin saber como exorcizarnos… Ese traslado al otro mundo nos permite descubrirnos como seres todopoderosos en donde hoy podemos ser piratas del mediterraneo, en un rato colonos americanos, y dentro de dos horas reyes de los más grandes imperios. Y todo esto debido al sencillo exterior de una simple nuez…








sábado, abril 12, 2008

-Experiencia significativa de viaje- Descubriendo lugares..

Experiencia significativa de viaje:

Una experiencia significativa de viaje que tengo para contar es justamente la de mi último viaje de este verano.
Fuimos con mi mamá y mi hermano a San Salvador de Bahía, al Norte de Brasil. Esperaba encontrarme con playas de mar cálido, agua transparente, arena clara, cocos… Pero no fue así, no solo me encontré con estas cosas si no que descubrí una ciudad encantadora, riquísima en su historia. El paisaje urbano parecía sacado de algún cuadro pintoresco por lo bien conservadas que estaban. Incluso había Iglesias del año 1600, construidas por los colonizadores, intactas, que todavía reflejaban el fulgor de sus primeros años.
A propósito de las Iglesias, esa ciudad es el auge del catolicismo y eso esta muy reflejado en absolutamente todos sus rincones que dan un cierto misticismo que eriza la piel de cualquier extranjero.
En la plaza central hay un busto de uno de los colonizadores que por mala fortuna llego a una de las islas de Bahía, habitada en ese entonces por caníbales… Imaginen su triste final.
El viaje tuvo sus idas y vueltas, hacia muchos años que no viajaba con mi familia, pero la oportunidad de acercarme a una cultura tan distante me incentivó para realizar este viaje, que vale la pena recomendar.


viernes, abril 11, 2008

-Experiencias de lectura y escritura-

Experiencias de lectura y escritura:

Leer y escribir. ¿Que haríamos sin el medio de comunicación de la escritura? En mi corta existencia he aprendido a leer y a adentrarme en un montón de mundos y sensaciones, aquellos a los que un buen libro te transporta. Me encantan las novelas históricas porque me hacen ver que a pesar de ser situadas – en algunos casos – hace muchos siglos atrás, las problemáticas de los hombres son mas o menos las mismas. Pasión, desencuentros amorosos, guerras, corrupciones, etc., etc., etc. Son todas temáticas que uno vive diariamente ya sea porque las experimenta o porque las ve a su alrededor. Lo interesante de estas novelas es que como se desenvuelven los conflictos en lugares tan lejanos y con costumbres tan diferentes, puedo olvidarme de mis propias cosas y de mi mundo de hoy y observarlos a la distancia. Como una intrusa que nada tiene que ver con la situación. Como con una mirada omnisciente sin necesidad de salir herida en el intento. Y así es que me puedo pasar horas y horas en historias ajenas de hace muchos años atrás.

En cuanto a la escritura nunca lo he practicado de forma sistemática como creo que lo voy a poder hacer en este taller y los que se avecinan. Sí he tenido muchos intentos, pero cuando veo releo lo que escribo no me gusta. La escritura es un espejo sincero que muestra todas las manchas marcas del cuerpo y de la piel. Creo que no estaba preparada para eso. Pero con esta posibilidad de estudio estoy dispuesta a mirar a mi interior, sin miedos, con el simple orgullo y ganas de conocerme y ¡por que no!, dejar que otros me conozcan. Por que por más que uno escriba ficción o una crónica que nada tiene que ver con nuestra vida diaria, siempre, en todo lo que uno escribe esta poniendo su visión del mundo.

jueves, abril 10, 2008

Para arrancar..


“Supongo que pondrán estatuas de mi persona en las plazas, y habrá calles y ciudades con mi nombre, como las habrá de Pedro de Valdivia y otros conquistadores, pero cientos de esforzadas mujeres que fundaron los pueblos, mientras sus hombres peleaban, serán olvidadas”.


"Inés del alma mía".

Les acerco el titulo de este libro de mi autora preferida, Isabel Allende, para que si tienen la oportunidad puedan disfrutarlo tanto como yo lo he hecho.
En el mismo se narra la historia -basada en hechos reales- de Inés Suárez quien deja la comodidad de España para aventurarse en la travesía de la conquista del actual territorio chileno. Muestra los hechos desde la visión de una mujer que deja todo por un amor y por la conformación de una nueva comunidad, la que defiende a sangre fría, y que tiene el fin de revindicar a las miles de mujeres que en ese capítulo de la historia como en tantos otros acompañan a los hombres en sus heroicas tareas, haciéndolas posibles.
Es para deleitar la imaginación y estremecer los sentimientos, haciendo una reflexión acerca de ir en busca de nuestros sueños y deseos sin dudar, con el simple y arriesgado accionar, sin darle lugar a los miedos y restricciones que puedan aparecer en el camino...