jueves, mayo 08, 2008

-crónica BAFICI- Sexo, drogas y reggae !*...

Ingresé ansiosa a la sala donde la película que elegí del BAFICI iba a ser expuesta. Como primer experiencia tenía la data suficiente; estaba por presenciar una de las muestras del Festival Internacional de Cine Independiente, vehículo de directores cineastas novedosos e innovadores.
Mi elección en esta oportunidad fue “Prey”, film del director Koji Wakamatsu quien centra su mirada en la juventud y aclara que su fin no es instruirlos, si no contar la verdad. “Si lo que buscas es ganar plata, hay mejores maneras de hacerlo, pero no hagas películas” afirmaba Wakamatsu en una entrevista.
“Prey” fue realizada en Japón en 1979. Cuenta la historia de Yuya Uchida, representante de talentos musicales para una gran discográfica. Yuya llega de Nueva York hacia Tokio para pedirle a su discográfica que represente a una banda de reggae que lo había deslumbrado en la Gran Manzana.
Los productores le dan la espalda porque los tiempos revolucionarios en donde la música expresaba la disconformidad de la juventud frente al sistema, ya caducaron y la industria musical prefiere explotar el pop adolescente, mercado que le deja mayores ganancias.
La heroína y la prostitución se adentran en la escena siendo estos mismos ejecutivos los que monopolizan ambos mercados dentro del ámbito musical.
Yuya pasa de ser amigo a enemigo de su discográfica y decide emprender el camino solo, con su objetivo en mente de llevar al estrellato a la banda de reggae.
Lejos del estilo holliwoodense, Wakamatsu no le da el esperado final feliz a la historia, si no que Yuya termina perdiendo al único amigo que tenía, a quien balean cuando intentaban vencer a los productores y también pierde a su amor, Asami, ex cantante de la discográfica, víctima de las drogas y la prostitución, muerta de abstinencia en sus brazos.
Para nuestro protagonista el final no es muy dispar a los dos anteriores, y valga la redundancia aclarar que su objetivo no fue cumplido, si no que la nueva industria musical comercializadora aplasta sus esperanzas y su vida.
Los malos vencen según la visión del Director. El dinero, la fama y el éxito prevalecen ante las ideologías de los jóvenes de la década pasada, abriéndoles el paso a los consumidores de los productos del pop comercial.
Wakamatsu quiso plasmar su visión del mundo, erizándole la piel a los espectadores.
Y yo afortunadamente volví a casa con una sensación reconfortante, la que me indicaba que no todo esta perdido, si no que sigue habiendo oportunidades para gente que desea expresarse libremente, compartiendo con el mundo su visión de la realidad. Y también feliz porque haya este tipo de eventos como el BAFICI que, repito, le dan la oportunidad a estas personas, y porque no, a todos nosotros de ver cosas diferentes.

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